Las labores de un gerente general son variadas y complejas y sus responsabilidades son amplias debido a que abarcan todos los aspectos de una organización como: finanzas, recurso humano, operaciones y mercadeo.
El trabajo de un gerente bien ejecutado, tiene efectos transformadores sobre una organización y sobre la sociedad. Al respecto el filósofo Alfred North indico ”Una sociedad grande es aquélla en que los gerentes de las empresas piensan en grande sobre su vocación”.
Los gerentes generales, entre otros aspectos, deben modelar el ambiente de trabajo, es una tarea crítica y considera tres elementos: 1) las normas de rendimiento establecidas y que tienen que ver con la calidad de esfuerzo de los funcionarios. 2) Los aspectos mercantiles que determinan como es la compañía o empresa y como opera. 3) Lo concerniente a los funcionarios, los valores que imperan y que definen como se trabaja.
Asimismo debe formular una visión estratégica, pues son los únicos ejecutivos que pueden comprometer a toda la empresa en una estrategia particular, por lo que se ven invariablemente comprometidos en la formulación de la estrategia, y no se limitan a dirigir su ejecución. Se deben enfocar también en la correcta asignación de recursos para las estrategias, mantener la empresa económicamente sana, y producir utilidades y concentrar recursos en actividades que brinden la oportunidad de obtener importantes ventajas competitivas o mejor alguna que ya se tenga. Se deben dedicar los gerentes generales a formar gerentes de primera línea, es decir atraer gerentes de talento, prepararlos, mantenerlos estimulados y en el cargo apropiado.
En diversos estudios se ha determinado que una de las causas de bajo rendimiento en las empresas es el no contar con talento gerencial. Los dos otros aspectos a que deben abocarse los gerentes generales es a fortalecer la organización y al administración cotidiana. En relación con fortalecer la organización, los buenos gerentes proponen maneras más sencillas de hacer las cosas, para lo cual utilizan menores niveles administrativos, con mayores responsabilidades e incentivos salariales. Además, se organizan más en torno a personas que en torno a conceptos o principios. La última responsabilidad de acuerdo con el criterio de algunos estudios de la administración moderna es la de la dirigir las operaciones y su ejecución. Es decir dirigir el negocio día a día, proponiendo planes sensatos, con la colaboración de todos los funcionarios, descubriendo oportunamente problemas y oportunidades y respondiendo adecuadamente a los mismos.
Los mejores gerentes se orientan a resultados, por lo que sus planes son compromisos, no simplemente algo que quisieran alcanzar.
Están muy claros de las capacidades de la empresa, por lo que no comprometen a la compañía más allá de lo que puede hacer o esta en capacidad de hacer.
Están muy bien identificados con la materia de costos y como se comportan los costos de acuerdo con las variaciones en los volumen de producción.
Se pueden mencionar otras características o habilidades que presentan los buenos gerentes como son mantenerse bien informados acerca de de muchas decisiones operativas que se toman en varios niveles de la empresa, es decir desarrollan una rede de fuentes de información, que le permita tomar decisiones oportunas y adecuadas. La segunda habilidad se relaciona con saber economizar tiempo y energía, para dedicarlo a actividades, decisiones y problemas que realmente requieran su atención personal. Las otras habilidades son ser sensibles a la estructura de poder de la organización, saber indicar el sentido de dirección y son muy hábiles para aprovechar las oportunidades.
Finalmente, tienen un adecuado manejo de la inteligencia emocional especialmente en cuanto a saber manejar las emociones propias y la empatía o saber considerar o ponerse en la situación de los demás funcionarios de la empresa.